Durante décadas, los conductores norteamericanos se han sentido orgullosos de los inmensos motores que acostumbraban a propulsar sus autos. Lejos de valorar el desarrollo tecnológico que en Europa y Japón se conseguían, logrando unas buenas prestaciones con pequeños motores de 4 cilindros sin desorbitar los consumos. Ellos se sentían orgullosos de sus grandes motores (especialmente los V8) en los que las cifras de potencia y gasto de combustible eran casi intercambiables sin afectar a la ficha técnica.
Pero la situación financiera actual ha hecho que muchos consumidores estadounidenses sean ahora victimas de la globalización, de modo que cada vez masss empiezan a sentir lo mismo que muchos conductores del resto del planeta a la hora de detenerse en una gasolinera.
Una preocupación que, poco a poco, va calando en los conductores norteamericanos hasta el punto de que cada vez les resulta masss difícil mantener la presencia de animo cuando se acercan a una estación de servicio, mientras crece en ellos el convencimiento de que un motor masss pequeño, con menos cilindros y menos glotón puede cubrir perfectamente sus necesidades de transporte y desplazamiento.
Como resultado, la producción de motores V8 y V6 en USA ha ido disminuyendo en estos últimos años. Aunque siguen suponiendo un porcentaje elevado del total comparado con Europa, en 2009 “solo” el 57.1 % de los motores fabricados eran V8 y V6 con varios litros de cilindrada. Algo menos que en 2008, cuando esa cuota fue del 63.9 %, y lejos de los datos de 2004, donde cubrian el 76.2 %.
Estos grandes motores siguen siendo hegemónicos en el segmento de los pick-up, donde cubren el 84% de los modelos de 2009, pero disminuyeron frente al 88.2% del año 2008. Concretandonos a los V8, su porcentaje apenas ha variado en los pick-up, donde se mantienen en torno al 40%, pero han caído de forma importante en el segmento de los autos cotidiano, donde solo propulsan al 4.9% de los modelos producidos en 2009. Una diferencia abismal frente a su época gloriosa de finales de los años 60’s, donde se montaron en nada menos que el 88.9% de los modelos vendidos en 1969.
Publicado por:
Enrico Sorgato
Pero la situación financiera actual ha hecho que muchos consumidores estadounidenses sean ahora victimas de la globalización, de modo que cada vez masss empiezan a sentir lo mismo que muchos conductores del resto del planeta a la hora de detenerse en una gasolinera.
Una preocupación que, poco a poco, va calando en los conductores norteamericanos hasta el punto de que cada vez les resulta masss difícil mantener la presencia de animo cuando se acercan a una estación de servicio, mientras crece en ellos el convencimiento de que un motor masss pequeño, con menos cilindros y menos glotón puede cubrir perfectamente sus necesidades de transporte y desplazamiento.
Como resultado, la producción de motores V8 y V6 en USA ha ido disminuyendo en estos últimos años. Aunque siguen suponiendo un porcentaje elevado del total comparado con Europa, en 2009 “solo” el 57.1 % de los motores fabricados eran V8 y V6 con varios litros de cilindrada. Algo menos que en 2008, cuando esa cuota fue del 63.9 %, y lejos de los datos de 2004, donde cubrian el 76.2 %.
Estos grandes motores siguen siendo hegemónicos en el segmento de los pick-up, donde cubren el 84% de los modelos de 2009, pero disminuyeron frente al 88.2% del año 2008. Concretandonos a los V8, su porcentaje apenas ha variado en los pick-up, donde se mantienen en torno al 40%, pero han caído de forma importante en el segmento de los autos cotidiano, donde solo propulsan al 4.9% de los modelos producidos en 2009. Una diferencia abismal frente a su época gloriosa de finales de los años 60’s, donde se montaron en nada menos que el 88.9% de los modelos vendidos en 1969.
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